
Configurar un servidor Git privado con GitLab y Gitea permite combinar la potencia de una plataforma completa con la ligereza de un servicio de alojamiento de repositorios, logrando mayor control y privacidad. Este artículo explica las decisiones clave y pasos técnicos para elegir hardware, instalar cada herramienta y unir la autenticación centralizada mediante LDAP. También se tratan buenas prácticas de seguridad, backups y mantenimiento para mantener la infraestructura saludable. La guía está orientada a administradores de sistemas y equipos de desarrollo que buscan una solución escalable y segura.
Elección de servidor y requisitos previos
La elección del servidor debe basarse en la escala esperada: GitLab necesita más recursos para funciones CI/CD y gestión avanzada, mientras que Gitea es ideal para repositorios ligeros y consumo moderado de CPU y memoria. Valora disponer de al menos 8 GB de RAM y CPU con múltiples núcleos para GitLab en entornos de producción, y considera un VPS o servidor físico con almacenamiento rápido para ambos; revisa los requisitos oficiales en la documentación de GitLab y la guía de Gitea. Es recomendable utilizar un sistema operativo soportado y actualizado, como Ubuntu LTS o CentOS/RHEL, y preparar particiones separadas para /var/opt/gitlab o los datos de Gitea para facilitar backups y recuperación. Antes de la instalación asegura un plan de direccionamiento IP, certificados SSL y un DNS estable para los dominios que apuntarán a cada servicio.
Además de recursos hardware y sistema operativo, planifica la red y seguridad: cortafuegos, puertos necesarios (22, 80, 443 y puertos CI si aplica) y reglas NAT si es un servidor detrás de un router. Considera la virtualización o contenedores (Docker) para aislar servicios y facilitar despliegues repetibles; sin embargo, confirma compatibilidades con la documentación oficial antes de adoptar un contenedorizado completo. Define políticas de usuarios y permisos que se aplicarán a los proyectos y a la administración del servidor, y documenta la topología para facilitar auditorías. Finalmente, crea cuentas de administrador separadas y habilita SSH con claves para acceso raíz restringido.
Instalación y configuración básica de GitLab
La instalación de GitLab se puede realizar mediante paquetes Omnibus, contenedores Docker o desde código fuente; la vía Omnibus es la más sencilla y recomendada para una instalación rápida y mantenible en servidores Linux. Sigue la guía oficial en About GitLab para elegir el paquete adecuado y aplicar configuraciones iniciales como la URL externa y certificados SSL. Tras la instalación, configura ajustes básicos como correo saliente SMTP, límites de tamaño de repositorio y runners si planeas CI/CD, siempre verificando logs y el estado del servicio con comandos de gestión. Asegura que las actualizaciones automáticas o manuales se prueben en un entorno staging antes de aplicarlas en producción para evitar interrupciones.
Para la configuración de rendimiento ajusta parámetros de Unicorn/Puma, Sidekiq y PostgreSQL según la carga prevista, y monitoriza métricas de CPU, memoria y disco para detectar cuellos de botella tempranos. Implementa un proxy reverso con Nginx o utiliza el integrado en Omnibus para gestionar certificados y redirecciones HTTPS de forma centralizada. Habilita la autenticación de dos factores para cuentas administrativas y revisa las opciones de backup integradas de GitLab para programarlas adecuadamente. Finalmente, documenta procedimientos de recuperación ante desastres y pruebas periódicas de restauración para garantizar la integridad de los datos.
Instalar y asegurar Gitea para repositorios
Gitea ofrece una instalación ligera y rápida que puede ser desplegada como binario único, paquete del sistema o contenedor Docker, lo que facilita su uso en servidores con recursos limitados. Consulta la documentación oficial de instalación en Gitea para seleccionar el método más apropiado y seguir los pasos de creación de base de datos, usuario de servicio y archivos de configuración. Asegura Gitea configurando HTTPS mediante un proxy inverso, restringiendo accesos a la interfaz administrativa y aplicando políticas de contraseñas fuertes. Aprovecha las opciones de configuración para limitar tamaño de archivos, habilitar hooks y definir políticas de forking según las necesidades del equipo.
Para endurecer la instalación aplica controles de acceso a nivel de sistema operativo, usa SELinux o AppArmor si están disponibles y limita permisos de archivos al usuario de Gitea. Implementa autenticación externa si deseas centralizar usuarios, y activa registros detallados para auditoría y resolución de problemas. Configura alertas de disco y procesador para anticipar problemas de capacidad y automatiza rotación de logs para evitar llenado del almacenamiento. Considera ejecutar Gitea en un contenedor con recursos limitados para facilitar escalado y despliegues reproducibles.
Integración de autenticación y usuarios LDAP
Integrar LDAP permite gestionar usuarios centralizados y aplicar políticas corporativas de acceso, lo cual es especialmente útil cuando se usan tanto GitLab como Gitea en la misma organización. GitLab soporta integración LDAP completa con mapeo de grupos y sincronización automática, como se describe en la guía de LDAP de GitLab, mientras que Gitea ofrece soporte LDAP configurable en su sección de autenticación Gitea LDAP. Al configurar LDAP, valida los binds, filtros y atributos (como uid y mail) en un entorno de pruebas antes de habilitar sincronización en producción. Asegura las comunicaciones LDAP con LDAPS o StartTLS para proteger credenciales en tránsito.
Diseña una estrategia de mapeo de grupos y permisos que minimice la administración manual; por ejemplo, sincroniza grupos LDAP con grupos de GitLab y equipos en Gitea para heredar permisos automáticamente. Documenta procedimientos para el aprovisionamiento y desactivación de cuentas, y establece un flujo de revisión para cambios en la membresía de grupos sensibles. Realiza pruebas de inicio de sesión y establece un plan de contingencia en caso de fallo del servicio LDAP, como una cuenta administrativa local de emergencia. Además, monitorea intentos de acceso y bloqueos para detectar problemas de integración o actividad sospechosa.
Buenas prácticas, backup y mantenimiento continuo
Implementa una estrategia de backups consistente que incluya bases de datos, repositorios y configuraciones, y prueba restauraciones periódicamente para validar la integridad de las copias; GitLab y Gitea disponen de herramientas específicas que facilitan estas tareas, revisables en la documentación oficial para backup de GitLab y backup de Gitea. Programa backups incrementales y offsite para proteger contra fallos de disco o pérdidas catastróficas, y usa cifrado en tránsito y en reposo para las copias sensibles. Mantén un calendario de actualizaciones para parches de seguridad y dependencias, y aplica pruebas en un entorno staging antes de desplegar a producción. Automatiza tareas rutinarias como limpieza de repositorios antiguos, compactación de bases de datos y rotación de logs.
Para el mantenimiento continuo implementa monitoreo y alertas con herramientas como Prometheus o soluciones de APM para vigilar métricas clave de rendimiento y disponibilidad. Documenta procedimientos operativos estándar (SOP) para tareas comunes como restauración de un repositorio, actualización de certificados SSL y escalado de recursos, y capacita al personal en su ejecución. Realiza auditorías periódicas de seguridad, revisiones de permisos y escaneos de vulnerabilidades en dependencias y contenedores. Finalmente, fomenta una cultura de backups y pruebas entre los equipos de desarrollo y operaciones para reducir el riesgo operacional a largo plazo.
Configurar un servidor Git privado con GitLab y Gitea requiere planificación en elección de recursos, instalación segura, integración de autenticación centralizada y políticas de mantenimiento claras. Siguiendo las prácticas descritas y utilizando la documentación oficial para cada componente se puede lograr un entorno fiable, escalable y alineado con las necesidades de seguridad de la organización. Mantén registros, automatiza backups y prueba restauraciones regularmente para asegurar continuidad del servicio y protección de los datos. Con una estrategia bien documentada, la administración cotidiana será más predecible y eficiente.